Jorge Glás y sus guerreros digitales: El pésimo manejo de Twitter en Ecuador

El día 9 de abril de 2016, el presi compartió mediante su cuenta de Twitter un artículo del diario El Comercio —me duele esta transición hacia medio de la revolución ciudadana— donde, según él, limpia el nombre de su gobierno frente a los ataques de gente de la oposición que «ya no tiene de qué acusarles».

Era obvio que esto iba a terminar mal pero de todas maneras abrí el artículo para ver qué piruetas iba a usar esta ocasión el Estado de Propaganda para defender lo indefendible: que se hayan dedicado fondos públicos (en época de crisis) para mandarse una farra a hora de almuerzo, música en vivo incluida. ¿El pretexto? Homenajear a quienes rinden pleitesía a Rafael Correa en redes sociales. Los #TuiterosConRafael son necesarios porque en esa red social ha sido, más difícil que en otras, manipular la opinión pública. En Facebook, tú puedes fácilmente bloquear usuarios de tu página y eliminar comentarios a dedo. En Twitter, te toca aguantar.

Durante el enlace 470, el vicepresidente Jorge Glas dedicó un segmento a hablar sobre el almuerzo del lunes en Carondelet, en el que participaron un grupo de tuiteros, a quienes le gusta llamar “guerreros digitales”, (…) fue una comida sencilla y costó apenas USD 1 000 y en otros aspectos se gastó unos USD 600. “Todo lo bueno que hacemos quieren hacer que la ciudadanía lo vea mal”, se lamentó.

Para quienes no lo saben esas otras cosas son el cantante, las pantallas gigantes, los amplificadores, y medallas con el nombre de Rafael Correa Delgado que se entregaron a los participantes. ¿Qué de lo que dijo Glas está mal? Pues todo. Empezando por llamar «guerreros» a la gente que tuitea a su favor. Internet está precisamente para permitir una mayor diversidad de opiniones y, si eres un demócrata, lo inteligente es escuchar todas esas voces. Y acá les hace falta una lección de constitucionalismo o algo, pero la razón por la que los países tienen una carta magna e instituciones con poderes separados es prevenir una dictadura de las mayorías. Alianza País siempre presume que son «más, muchísimos más»; y, por eso, ganaron las últimas elecciones nacionales. No obstante, eso sólo quiere decir que la gente piensa que harán un buen trabajo respetando y dando mantenimiento a las instituciones que se encargan de hacer respetar a las minorías. El gobierno no puede, o mejor dicho no debe, intentar dominar la esfera de opinión pública bajo el pretexto de tener un país gobernable porque, contrario a lo que piensan, no son las redes sociales las que tumban gobiernos, sino los altos grados de conflictividad producto de no escuchar.

Segundo, no importa qué tan poquito se haya gastado el gobierno en cualquier actividad, si esta es ilícita. Estoy seguro que dirán que no fue peculado —aunque no es que yo confíe mucho en nuestros actual sistema de justicia, especialmente cuando se trata de asuntos que involucran al ejecutivo—, habrá que investigar, pero financiar farras en la misma semana que la gente protesta en la calle por incomodidades económicas es detestable. Mil seiscientos dólares bien podrían haber servido para alimentar a un hogar durante dos meses y medio. Y si es cierto lo que dice Jorge Glás, que «este tipo de reuniones ya se han hecho antes en Manabí, Azuay y en Pichincha», se podía haber alimentado a esa familia por, al menos, diez meses.

“a algunos les molesta que el presidente tenga contacto con los tuiteros, con la ciudadanía (…) Bienvenidos una y mil veces al palacio de Carondelet, que es de ustedes”, dijo a un grupo de tuiteros que estaban en el enlace ciudadano, en Naranjal. Y cedió la palabra a dos jóvenes “guerreros digitales”, Viviana Guevara y Manuel Espinosa.
En el Ecuador de Rafael Correa y Jorge Glás, hay ciudadanos de primera y segunda clase. Dentro de la primera categoría, se encuentra la gente que no discute, no se opone, no resiste. A esas personas se les invita a los enlaces ciudadanos y al palacio presidencial, pero si te encuentras categorizado como ciudadano de segunda clase, se te cierran esos espacios. Así lo demostró Gabriella Friega cuando, junto a otros ciudadanos, quiso ingresar a la rendición de cuentas semanal del Presidente de la República. «Usted no puede pasar». Vayan y protesten contra el gobierno en alguna de las marchas y traten de llegar a la plaza grande. «Usted no puede pasar», eso con suerte, sino te empujan por la espalda agentes encubiertos y te meten preso. ¿Cuańtas veces pasa eso, Jorge? Una y mil veces.

Guevara anunció: “a nombre de todos los tuiteros no vamos a dar marcha atrás, estamos más firmes que nunca”. Y comentó que “es un orgullo haber sido invitada por nuestro querido presidente Rafael Correa”, porque en los gobiernos de la partidocracia “no éramos tomados en cuenta”, pero “ahora es distinto, los mandatarios nos invitan a comer platos típicos con ellos”.
Querida Viviana, en tiempos de la antigua partidocracia, no había Twitter. Por ende, no se pudo invitar a los tuiteros al almuerzo. Lo que se hacía, en cambio, es salir a las calles y bailar con el pueblo. «Para los roldosistas«, dijo Abdalá Bucarám agarrando el micrófono y entonando igual o mejor que Correa y Patiño. Viviana, ustedes están replicando lo mismo que ha pasado aquí siempre: la legitimación del poder a cambio de un protagonismo breve, cómodo y pseudo-inclusivo. La colocación de cerezas al pastel que luego se tira a la cara de los ciudadanos de segunda clase. Esa es la medalla que recibieron el pasado 4 de abril.
La tuitera también lamentó que haya “gente enferma de alma, que nos han dicho de todo, nos han insultado, nos han ofendido y nos han dicho que somos asalariados; eso no es cierto, lo hacemos por convicción por amor nuestra patria”. “Nos han dicho que somos trolles, máquinas, pero ahora se dieron cuenta que somos de carne y hueso”, advirtió.
Cierto es pues, no todos son trolles y hay gente que lo hace por amor a la camiseta (habrá quien también lo haga por amor al arroz con chancho, a la farra, a la medallita), pero aquí El Comercio cuenta media historia, y tristemente es la mitad que le conviene al gobierno. Porque hay trolles acosadores, insultadores y abusadores. Irónicamente, cotizan algo parecido a lo que el vice dice que costó el almuerzo, pero cada mes. Ustedes son de carne y hueso, y dan la cara, pero es bueno que esos que no lo hacen recuerden que también son de carne y hueso, y que un resbalón basta para que caigan por una pendiente bien larga. Y mientras más gente se incluye en una guerra de twitter mediante medios ilegítimos, más riesgos hay de que en un descuido, en una borrachera, o por cualquiera otra circunstancia, alguien termine abriendo la boca y contando más de lo que debe. Cierto es que no hay pruebas, pero hay indicios, y lo viene diciendo gente que ha trabajado en el gobierno, como Jennifer Coloma.
El vicepresidente Glas agregó que “ellos (la oposición) sí son (trolles), sí tienen esas máquinas, vean la hora a la que empiezan a insultar al Presidente”. Y pidió a los jóvenes tuiteros, otra vez, “mándense un tuitazo, a ver si somos tendencia los #TuiterosConRafael”.
Menos mal, Roberto Aguilar ya realizó un análisis parecido y descubrió que el troll center no hace horas extras. Pero hay algo en las palabras de Jorge Glás que hay que tomar en serio y es esto de los «tuitazos» y tendencias. Ahora el gobierno ha perfeccionado su método para crear un trending topic en Twitter. Y mucho de eso se lo debe a sus cuentas oficiales, que según las reglas de Twitter, son muy fáciles de verificar. Así cualquier ejercito de pocas unidades, cuando se apoya en usuarios verificados, puede llegar a ser tendencia, y eso es lo que ha venido pasando últimamente. Acá le queda de deber a «los usuarios más buscados de los ámbitos de la música, la actuación, la moda, el gobierno, la política, la religión, el periodismo, los medios de comunicación, los deportes y los negocios» verificar sus cuentas también para ofrecer un poco más de diversidad a las tendencias dentro de Ecuador. Que ya mucho tenemos con los believers y Ecuador Tiene Talento.

Por qué hay que hablar [libremente] del volcán Cotopaxi

Artículo original publicado el 17 de agosto en Gkillcity.com

Para conocer sobre el estado del volcán Cotopaxi —dicen las autoridades gubernamentales ecuatorianas— hay que preguntarle a César Navas, el ministro coordinador de seguridad. Y a nadie más. No es seguro que él responda porque la información la dará únicamente “cuando se amerite” y solo mediante canales oficiales. La decisión se tomó después de que la mañana del viernes 14 de agosto de 2015, el Cotopaxi presentase una fuerte explosión después de trece años de inactividad: en el 2002 se reactivó y hubo fumarolas. Para asegurarse de que se cumpla con la disposición de no hablar del #VolcánCotopaxi, el presidente Rafael Correa firmó en Pimampiro —en la provincia de Imbabura, en la Sierra central— el decreto 755, con el que queda “prohibida la difusión de información no autorizada [respecto al proceso eruptivo] por cualquier medio de comunicación social, ya sea público o privado, o ya sea por redes sociales”.

Entonces, avisarle a tu familia y amigos que estás bien mediante el safety check de Facebook no está permitido, y tuitear información en tiempo real sobre un avistamiento cerca de tu área o la de algún conocido, tampoco. Esta prohibición revela que el gobierno no entiende la utilidad de las redes sociales en catástrofes.

La razón del gobierno para controlar la información es simple: en situaciones de alto riesgo, los rumores pueden causar gran conmoción y mover voluntad y recursos en falso. Por eso han establecido quién, cuándo y cómo: César Navas, cuando sea oportuno, canales oficiales del Ministerio de Seguridad. El problema es que el gobierno se equivoca cuando piensa que la realidad se crea a pluma. Ya cometió este error cuando negó el contrato de SENAIN con la empresa espía Hacking Team y cuando cambió arbitrariamente los mapas de los pueblos en aislamiento voluntario en la Amazonía. Con este decreto, los ciudadanos tenemos tres opciones: la obediencia —no decir nada sobre el volcán así estemos observando en vivo la erupción—, la evasión —como sucede en twitter donde ya han surgido tres nombres clave para el Cotopaxi y una serie de códigos para monitorizar su actividad—, y el desacato —sea por rebeldía o por desconocimientos de la disposición—. Ni en las dictaduras de Medio Oriente, donde no existe un control democrático del ejercicio de poder, las redes sociales se han podido controlar. Es ingenuo pensar que se logre en Ecuador.

Imaginemos por un momento que la Superintendencia de Comunicaciones lo intentara. Para eso, debería montar un centro de seguimiento de todas las cuentas públicas que han registrado su ubicación en redes sociales y que están circunscritas al territorio de Ecuador. También podría usar las bases de datos del Ministerio del Interior y buscar mediante un script —un programa informático simple— a todos los perfiles asociados a un número de teléfono celular. En las publicaciones de esas personas que identifique, mediante alguna herramienta de análisis de redes como Social Mention o Keyhole, buscaría palabras clave asociadas a la actividad volcánica: “Cotopaxi”, “lava”, “desastre”, “lahares” y con esa información podrían iniciar el proceso administrativo o legal para que los desobedientes dejen de publicar.

Pero, ¿qué tal si dan con un nombre que no es real? Seguramente iniciaría el juego del gato y el ratón que tardaría meses en resolverse. No es una estrategia muy inteligente. Si el gobierno se va a tomar la molestia de monitorear todo lo que Ecuador dice sobre el volcán ¿por qué no mejor hacerlo para algo más productivo como mejorar el sistema de alerta y respuesta ante emergencias? El 69% de la población estadounidense espera que las autoridades de emergencias monitoreen y reaccionen a sus publicaciones en redes sociales, según un estudio de la Cruz Roja de ese país. El gobierno ecuatoriano debería considerar que el seguimiento de datos de redes sociales en tiempo real aumenta la velocidad y la eficiencia de reacción ante desastres. Internet fue diseñado para resistir un ataque nuclear, entonces debería ser comprensible que si otros medios de comunicación fallan, las redes se conviertan en el canal óptimo para que las víctimas pidan socorro o las brigadas de auxilio coordinen sus actividades. Esto sucede en otros países y es muy efectivo.

En enero de 2010, hubo un terremoto de magnitud 7,0 en una de las zonas más pobres de nuestro continente. Haití fue golpeado con la fuerza equivalente a la explosión de doscientas mil toneladas de dinamita. Fue el sismo más grande registrado en doscientos años en ese país. Las líneas telefónicas colapsaron y Twitter, Facebook y Youtube fueron fundamentales para afrontar la crisis. Los tuits que se enviaron ese día ayudaron a los voluntarios de Open Street Map —un software colaborativo para construir mapas en línea— a documentar la catástrofe, a guardar y publicar datos sobre personas desaparecidas, y a concentrar las actividades de ayuda en las áreas más gravemente afectadas. Las personas también transformaron mensajes de texto en tuits con ubicación geográfica precisa para ayudar a quienes no tenían acceso a la red. Esta experiencia se replicó en los desastres de Fukushima y Nepal. Facebook, a través de varios juegos en línea, aceleró la recolección de donaciones. La visibilidad de las publicaciones de Internet también permitió que las personas se solidaricen con la situación de los haitianos, y esto produjo una respuesta internacional positiva a esa crisis local. Eso no hubiera sido posible hace cien años, sin Internet.

Entender cómo se transmite la información y cómo se construye la confianza entre los diferentes actores, permite a los profesionales utilizar con eficacia las redes para difundir mensajes útiles y controlar rumores, dice el Consejo Nacional de Investigación de Estados Unidos. Luego de la explosión del Cotopaxi, Daniel Orellana, PhD en geoinformación y parte del equipo de voluntarios que mapearon Nepal, tuiteó que el mapeo colaborativo en situaciones de emergencia se coordina con las instituciones locales responsables para establecer prioridades y que además “se crean mecanismos para curar, revisar y verificar la información. Esto permite manejar de forma efectiva los rumores falsos”. Censurar las redes sociales no es práctico y es un error. La erupción de un volcán no es algo que se pueda controlar de la misma manera que una manifestación que no se quiere escuchar. Negarle a los ciudadanos mecanismos que incrementan la eficiencia de respuesta ante un desastre es una negligencia porque se comprometen vidas humanas que no se pueden recuperar.

Breve historia del anonimato digital en Ecuador

Este texto apareció originalmente en grin.ga

Parte 1: El incipiente graffiti digital ecuatoriano

Desde 2010, en Ecuador ha proliferado el uso de cuentas anónimas en redes sociales.

Las cuentas anónimas con más fama, desde el inicio, fueron las que protagonizaban ataques a los “enemigos” del actual gobierno. Algunas de estas cuentas de ataque entablaban diálogos directos con el presidente de la República —tal fue el caso de la cuenta @elpatriotaec— o con altos funcionarios del gobierno, como el secretario de comunicación Fernando Alvarado, quien hacía continuas referencias al blog anónimo de la tristemente célebre Lola Cienfuegos. El Telégrafo, un periódico financiado por el gobierno, incluso entrevistaba a estos personajes. En ese entonces, cuando el anonimato defendía al gobierno, todo estaba bien.

En febrero de 2012, el entonces asambleísta por Sociedad Patriótica Fernando Balda denunció la existencia de lo que él denominó un “Troll Center”, un centro de operaciones de cuentas anónimas en redes quienes difundían conflicto y propaganda en las comunidades de Internet en Ecuador. Balda sustentó sus aseveraciones mostrando fotografías de pantalla con nombres de usuario, claves y una serie de correos que contenían instrucciones para el funcionamiento de dicho centro, según él, con fondos públicos. ¿Cómo sabíamos que esto era real? Balda cambió las contraseñas e inutilizó dichas cuentas. Tiempo después el exasambleísta fue sentenciado con un año de reclusión. La sentencia se amparó en que Balda «atentó contra la seguridad del Estado», pues en 2009 había emitido un boletín asegurando que el gobierno mantiene un centro de espionaje. Cuando se aprobó la nueva ley penal y suscribió su delito, no salió libre debido a que se le interpuso una demanda de alimentos. Su blog, donde realizó las denuncias, fue eliminado por WordPress.

Muchas de las cuentas anónimas del supuesto Troll Center, fácilmente identificables debido al uso de hashtags similares y a un patrón horario predecible, fueron desapareciendo paulatinamente para ser reemplazadas por otras más agresivas y, aparentemente, más independientes en su accionar respecto a otras cuentas.

Un miembro de esta segunda generación de cuentas anónimas gobiernistas, @elpatriotaec, tenía una cuenta con el mismo nombre en Facebook. La página de Facebook de El Patriota resultó estar vinculada a Ximah Digital, una agencia de publicidad que trabaja para el gobierno con contratos de miles de dólares.

Desde mediados de 2013, el gobierno de Rafael Correa ha hablado de regulación de redes sociales, y cito las declaraciones del secretario jurídico de la presidencia:

He propuesto que se regule mejor todo lo que es procesos de calumnia en redes sociales porque no pueden ser un instrumento de impunidad. Les he pedido a la Comisión que exista un proceso especial cuando existan calumnias en Twitter o en Facebook.

Pero últimamente, estas intenciones de regulación han tomado fuerza, en especial durante este el último mes. En febrero del 2015, el Presidente de la República, en su informe semanal de actividades, llamó por nombre, apellido y ciudad a algunos usuarios de Twitter que lo habían insultado en redes sociales.

Anteriormente, había atacado a una página de sátira que cuenta con un aviso de descargo de responsabilidad, el famoso Crudo Ecuador. Hubo toda una operación para obligar al administrador a salir del anonimato: se crearon varias cuentas con el mismo nombre que trataron de reclamar derechos de autor a Facebook. Esta acción obligó al propietario original a registrar la marca en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual. Al momento de registrar la marca Crudo Ecuador, se revelaron los documentos entregados al IEPI que comprometen su identidad, incluyendo los nombres de sus abogados.

Dado que no existe un mecanismo legal contra el anonimato, el presidente ha anunciado la creación de una red social desde donde la gente afín al oficialismo pueda  responder en conjunto a sus enemigos  redes sociales. En el enlace ciudadano 409 declaró:

Ahora dicen que el anonimato en las redes permite el mayor flujo de información. Tonterías, cuando a nosotros nos han enseñado desde chiquitos que no hay que tirar la piedra y esconder la mano. Si no lo puedes decir mirándole a la cara, no lo digas. Ahora resulta que el anonimato es bueno. Cuando ustedes actúan en las redes sociales ya no están practicando su privacidad. No hay libertad sin responsabilidad.

Estos eventos han generado un amplio debate público. La sociedad civil redactó un manifiesto en defensa del anonimato en redes, al cual se han adherido varias organizaciones internacionales.

Existen otros puntos para reflexión y análisis sobre el anonimato en Ecuador que van más allá del anonimato en Internet. El registro obligatorio para todos los números celulares, el cuál debe realizarse con la cédula de identidad, imposibilita el anonimato de dueños de celulares. El uso del sistema de vigilancia ECU911 que mantiene cámaras en centenares de calles, en más de 50.000 unidades de transporte público, en los colegios e inclusive en moteles, cabarés, salones de masajes y casas de cita. El uso de facturas electrónicas obligatorias, así como de dinero electrónico que podrían suponer un peligro para cualquier transacción anónima, entre otros.

Parte 2: La importancia del anonimato en la red

“Porque detrás de esta máscara, hay una idea (…) y las ideas,
son a prueba de balas”, procesos judiciales, multas,
asesinatos de personaje, persecución e intimidación.

Existen dos formas de abordar el papel del anonimato en la sociedad. La primera, bastante ingenua, se basa en la premisa de que vivimos en un mundo justo. En dichas condiciones, nadie tiene porque esconderse puesto que los abusos de poder no existen, no está la posibilidad de incurrir en conductas poco éticas o de comprar sentencias. El anonimato es pues usado por cobardes para lanzar la piedra y esconder la mano. En esa realidad paralela, el anonimato se prohíbe a priori, pues ¿quién quisiera hacer uso de una herramienta tan peligrosa y dañina cuando existe un Estado de Derecho perfecto?

El otro escenario desde el cual podemos analizar el anonimato es aquel donde decididamente vivimos en un mundo imperfecto, injusto, y vulnerable al abuso de poder. Esto lo describe muy bien Julian Assange en su libro Cuando Google Encontró a Wikileaks. Uno puede meterse en la lucha por controlar los medios de producción, como dicta el marxismo, pero eso es muy difícil dice. Lo más recomendable es afectar lo que la gente sabe, puesto que “puedes generar un efecto en una gran cantidad de personas con una pequeña cantidad de información”. En su perspectiva, el papel que cumple la información es “incentivar comportamientos que sean justos y desincentivar comportamientos injustos”.

En un escenario desequilibrado, el anonimato se convierte entonces en un escudo frente a los abusos del poder. Su papel es permitir que la información fluya a pesar de todos los mecanismos que se hayan implementado para evitarlo. El anonimato permite a los potenciales denunciantes de casos de corrupción o abuso contactar a periodistas sin comprometer sus vidas y, por tanto, le permite al periodista ejercer su derecho a buscar información que, de otra manera, no le llegaría. A nosotros los ciudadanos comunes, el anonimato  nos otorga el derecho a informarnos sobre mal uso de nuestra delegación de poder (político o económico). Wikileaks, por ejemplo, basa su modelo de denuncias en el uso del anonimato por parte de la fuente. A priori, la organización no tiene cómo saber quién les entrega la información. La meta de Wikileaks es “abrir gobiernos”.

Como vemos el anonimato no es incompatible con la transparencia y la justicia. Es un medio para conseguirla.

El anonimato se presta para abusos, nadie lo cuestiona, es por eso que existen mecanismos que ayudan a corregir estos errores. Los jueces, una vez determinada la causa probable de un delito, intervienen para autorizar una investigación policial y revelar al personaje anónimo. En internet, esto se trabaja en conjunto con los proveedores del servicio de internet y de contenido. Existen mecanismos adecuados para casos de abuso, el Código Penal Ecuatoriano lo contempla en su artículo 145.

Es importante que los ciudadanos sepamos defender nuestro derecho a pensar diferente, y que exijamos al Estado que respete los mecanismos que existen para asegurar su transparencia. Un mayor control de internet es peligroso, porque las sociedades pensamos en voz alta. Las expresiones que vertimos en la red, sean ficticias, peligrosas, equivocadas o risibles, son nuestra forma de explorar la realidad, evolucionar y crecer. Es parte de nuestra forma de autodeterminación. Un control absoluto de la red sería instituir una policía del pensamiento en nuestra sociedad y nadie en su sano juicio quiere eso.

Cómo sobrevivir sin Facebook

Casi tres semanas desde que ya no tengo una cuenta en Facebook. Mi explicación de por qué eliminé mi cuenta fue quizá uno de los artículos más leídos de los 118 que existen actualmente en este blog. Algunas personas me escribieron un poco impactadas por el artículo y algunas otras decidieron dejar la red un poco después, tras descubrir que ahí dentro eran ratas de laboratorio para experimentación de psicología de masas. Facebook estableció que puede influir en el estado de ánimo de sus usuarios y en sus preferencias de voto, de lo poco que sabemos. Cabe mencionar que antes de esto he abandonado:

  • Foursquare: Cuando un amigo me envió una imagen de Quito con mis lugares más frecuentados. Me alertó sobre las posibilidades de rastreo y más grave aún, de hurto a la que nos exponemos en estas circunstancias.
  • LinkedIn: Por exigirme conferirle el «derecho no exclusivo, irrevocable, a nivel mundial, perpetuo e ilimitado para publicar, distribuir, eliminar, comercializar y, en general, explotar sin ningún tipo de límite y sin notificación alguna cualquier contenido e información» que comparta.

Y últimamente me anda preocupando:

  • Google: Por utilizar la legislación europea que permite el «derecho al olvido» y excluir de los resultados de los motores de búsqueda sitios web que a su criterio son irrelevantes, en Internet ahora todos tenemos un canal y lo esencial es a quién se lee, cuando Google no te muestra en los resultados ¿no está censurando?

Pero bueno, otro día a hablar de derechos digitales y libertad de expresión. Hoy a lo que vinimos.

Mis fuentes de información

Para muchas personas, Facebook es el medio de contacto más importante que tienen con el mundo. Desde su red social cercana (familia y amigos ‘de verdad’) hasta su portal de noticias. En mi caso, he dejado el contacto familiar para la vida real, escribo más a las personas a través de mensajería instantánea o simplemente las llamó. Nada grave, quizá lo peor que a uno le puede pasar es tener que recordar los cumpleaños de las personas que te importan. En cuanto a las fuentes de noticias, utilizo cinco mecanismos básicos para mantenerme enterado:

  1. Tumblr: Es una mezcla entre facebook (mayor diversidad en formatos de publicación) y twitter (exposición cronológica y cuentas para «seguir»). Uso tumblr sobretodo para disfrutar de arte visual y gifs animados graciosos.
  2. WordPress: Además de ofrecerte la oportunidad de crear tu blog, wordpress también genera un lector de aquellos a los que has decidido seguir. Es tan diverso como tus gustos.
  3. Twitter: Quizás más conocida que los dos recursos previos. Está ahí para compartir de todo. En mi caso, también me sirve para recordar qué leer después (marco como favoritos estos enlaces, si no estaban ahí primero los comparto).
  4. Suscripciones: Muchas páginas web te permiten suscribirte a su contenido por medio de tu correo electrónico.
  5. RSS: El efecto es similar a las suscripciones pero no tengo que dejar mi correo electrónico, sino que mi lector se «conecta» con las páginas web que ofrecen este servicio. Una de las principales ventajas es que, a diferencia de la suscripción de correo, el contenido se actualiza conforme el autor realice cambios en el artículo. Yo gestiono mi correo-e con mozilla thunderbird por cuestiones de seguridad, y para mi buena suerte éste viene con un lector de RSS, Otras personas prefieren feedly.

 Compartir mi información

La otra parte importante de Facebook es que te permite compartir información, o bueno ese era el caso hasta que decidieron cambiar el algoritmo y básicamente se ha vuelto mucho más difícil. Si realmente te interesa difundir información mi respuesta es sencilla. No uses facebook para eso, te volverás enteramente dependiente y no podrás generar el impacto de antes sin pagar. Cualquier puede abrir un blog gratuito y por cerca de $18/año hacer de ese blog una página web (es decir con su propio dominio: www.elnombrequesea.com). Puedes activar la opción de suscripción y poner a disposición de otros el RSS. Si gustas puedes ir preguntando a las personas si les gustaría recibir tus entradas y solicitarles una por una que se suscriban, o compartir tus escritos con quien crees que le puede interesar. Envíales un correo. No hay magia detrás de ello, procura usar CCO/BCC para no revelar sus correos a terceras personas.

Hay otras opciones un poco más agresivas. Puedes abrir una cuenta en Google+ y añadir a las personas a tus círculos, si los agregas de cincuenta en cincuenta estarás en la capacidad de seleccionar «Enviar un correo a mis círculos» cuando compartas algo que realmente pienses que es importante. Otro método es hacer una lista de todos los contactos que te vayas encontrando añadiendo una nota al final donde expliques como desuscribirte de tu lista (este es un requerimiento legal). Concéntrate en producir contenido de calidad, eso ayudará a que otras personas quieran compartir lo que generas.

También está twitter, tumblr y muchas otras redes sociales donde puedes seguir compartiendo tu contenido.

Mantenerse conectado

Facebook compró Whatsapp, Microsoft mató al MSN messenger y compró Skype. No hay muchas alternativas populares y esto es particularmente importante porque quieres seguir hablando con otras personas. Usar esto no está mal pero hay que ser conscientes. Cuando usas cualquier de estos medios estás enviando cartas sin sobres, la información se puede interceptar fácilmente y no tiene ninguna protección. Yo prefiero usar otro protocolo llamado XMPP y protegerlo con OTR.

Personalmente volví a usar Skype, escribo más por Whatsapp y Telegram, aunque Facebook me da la sensación de estar conectado, rara vez hablaba con alguno de mis 3000 contactos.

Mantenerse ocupado

Me comía las uñas durante los primeros días. Esa terrible ansiedad de no tener que hacer… Espera ¡Al fin tenía tiempo libre! Ahora puedo leer los enlaces que me interesan con mucha más calma y detalle e incluso he podido retomar algunos libros que tengo en mi lista de lectura. Y mucho más importante, estoy empezando a disfrutar nuevamente el no hacer absolutamente nada. El respirar profundamente. El estar desconectado. Ser feliz tiene mucho que ver con la vida contemplativa y créeme, si tienes Facebook, te la estás perdiendo.

Actualización del 24 de julio de 2014

Borré mi tumblr, ya no lo usaba. He leído mucho últimamente (^^,)