Gkillcity.com

Este mes no he escrito mucho (aquí) porque he realizado varias colaboraciones para Gkillcity.com; este es un medio de comunicación digital que paga las cuentas con lo que vende de publicidad —como todo el resto de diarios— pero también con aportes mensuales de personas a quienes les interesa que su periodismo se mantenga independiente. A diferencia de un periódico que imprime sus ediciones, un medio digital no tiene que cubrir tantos costos, y en el caso de este diario fundado por José María León e Isabela Ponce, tampoco hay que pagar a los reporteros, porque las historias llegan de más de trescientos colaboradores de todas partes del mundo —la mayoría, claro está, vive en Ecuador—. Eso hace que el diario sea mucho más resiliente y pueda depender menos de agendas políticas o económicas, es importante aportar. Yo lo hago con texto, pero quienes no escriben pueden hacer un donativo.

Gkillcity hace periodismo narrativo, entendí mucho mejor de qué va esto cuando me invitaron, hace un par de meses, a un taller con Diego Fonseca. Para hacerlo corto, usaré un lugar común para quienes conocen del tema: «no importa quien llegue primero a una historia, sino quien la cuente mejor», dijo García Márquez y la semana que pasó su fundador lo demostró. Y Gkillcity.com las cuenta con un objetivo detrás, en palabras de José María:

[Se trata de] defender una agenda política y contar la realidad. Su causa, sin embargo, no es partidista, sino ciudadana. Se fundamenta en la promoción del ejercicio pleno de las libertades individuales y la eliminación de las políticas públicas que perpetúan las ciudadanías de segunda clase, la discriminación, la violencia y la clandestinidad.

Le he cogido bastante cariño a este medio y lo menos que les recomiendo es suscribirse para mejorar sus lunes, que es cuando publican su nueva edición.

Para acceder a mis textos, pueden dar clic en la imagen:

gkillcity

 

Estado, medios de comunicación y corrupción

¿Cuándo el periodismo se convirtió en cosa de hackers?

Las semanas pasadas sonó mucho el tema de la corrupción en el gobierno. «Hay que depurar Alianza PAIS @mashirafael» le decían al presidente en twitter. Todo después de sacar a la luz el caso de la asambleísta Esperanza Galván, la esmeraldeña pidió a un contratista cerca de 800 mil dólares «usando el nombre del vicepresidente Jorge Glas». Lo recalcaron, como si ese hubiese sido el delito. La parte acusadora estuvo representada por Alexis Mera y, por supuesto, Glas. 1800-SOYHONESTO y sanseacabó: manos limpias, corazones ardientes.

El presidente hizo el llamado a no ser corrupto y denunciar a quien lo es ¿se supone que la «línea caliente» es la prueba fehaciente de que hay un compromiso del Estado por luchar contra la corrupción? David Rosero, actual presidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, diría que no. El consejero culpa a la mayoría oficialista en esa entidad de archivar nueve de cada diez denuncias de corrupción.

Como ciudadano, también me pregunto con cuánta seriedad debo tomar el compromiso de luchar contra la corrupción que pregona el gobierno. Me viene a la mente el reajuste de 600 millones de dólares (750 veces la cantidad solicitada supuestamente por Galván) en el proyecto Coca Codo Sinclair. Me quedé con la curiosidad de saber qué mismo pasó con ese caso. Diario El Comercio hace una investigación bastante buena —lo digo porque la redacción permitía realizar la verificación de las fuentes— y publicó las cartas donde solicitó aclaraciones al gobierno sobre el reajuste. El Estado no respondió, lo obligó a retractarse.

¿Habrá que llamar al 1800-769466 para preguntar por ese caso? ¿No inauguraron en 2007 un 1800-YABASTA?

Las denuncias de corrupción funcionan únicamente cuando se garantiza seguridad a dos actores: quien denuncia y quien publica. En Ecuador, existe un alto nivel de persecución a disidentes políticos, puede que el Estado no sea el responsable directo pero hay un nivel de confrontación tan alto que cualquier potencial denunciante tiene muchísimas razones para temer represalias. Basta recordar lo sucedido con Crudo Ecuador donde frontalmente se admitió que Juan Gabriel, quien administraba estas cuentas de redes sociales, no estaba cometiendo ningún delito pero se desarrolló una genuina cacería humana que terminó en una amenaza que la policía no consideró lo suficientemente importante. José Serrano dijo que se investigaría el caso, Crudo Ecuador respondió que volvería a publicar cuando tenga garantías. Sigue sin publicar.

Es en este tipo de escenario donde la protección de la fuente corre por responsabilidad de los medios de comunicación, estos medios no tienen necesidad de contratar costosos bufetes de abogados, lo único que tienen que hacer es asegurarse de que no se pueda identificar a la fuente al tiempo que se pueda verificar la autenticidad de los documentos en base a los cuales se realizan las denuncias.

Washington Post, ProPublica, The Intercept… todos estos medios usan buzones seguros que garantizan el anonimato de la fuente y facilitan el envío de archivos. Usan SecureDrop, un sistema de software libre y gratuito que podría ser implementado todos y cada no de los diarios que funcionan en Ecuador, especialmente en medios digitales (esto debido a que el costo de mantener un medio digital es menor y permite un financiamiento menos centralizado. Un diario más proclive a reflejar la opinión pública y no aquella de un grupo de poder específico, véase Gkillcity.com). También se puede brindar una mejor protección a las fuentes si los periodistas usan herramientas de cifrado en sus comunicaciones: correos, chat, voz sobre IP y servicios de mensajería.

Contacté a Diario La Hora al respecto, no ha respondido. Un articulista de El Comercio me supo decir que, en su diario, los periodistas que manejan temas delicados usan correos cifrados. Esto es una muy mala idea porque, si yo fuera un agente de inteligencia corrupto, identificaría a los periodistas que tienen correos cifrados para seleccionarlos como «objetivos». Estaría más pendiente de sus encuentros y, por tanto, es mucho más probable que me encuentre con sus fuentes. Todos los periodistas de un determinado medio deben estar en capacidad de ofrecer comunicaciones seguras a sus potenciales fuentes, además deben usarlas rutinariamente para lograr que el espionaje ilegítimo a medios de comunicación sea costoso e ineficiente.

Los periodistas, en esta época digital, deben aprender de inteligencia, deben simular encuentros para confundir a quienes los siguen y no comprometer a sus fuentes, identificar cuando pueden ser víctimas de un ataque informático y, muy seguramente, deberán aprender a usar las mismas herramientas que utilizan algunos criminales para poder defenderse dentro del estado totalitario que hoy es internet. Deben aprender sobre la web profunda y no precisamente por las mismas razones.

Si se implementan estos sistemas, todavía nos queda un vacío, y es la protección al periodista y al editor que publican las noticias. Se aceptan sugerencias ante la indefensión.

Principios del Periodismo

Traducción de Principles of Journalism

Los tres primeros años de trabajo del proyecto implicaron escuchar y hablar con periodistas y otras personas alrededor del país acerca de lo que define su trabajo. Lo que surgió de esas conversaciones son los próximos nueve principios centrales del periodismo:

1. La primera obligación del periodismo es hacia la verdad

La democracia depende de que los ciudadanos cuentan con hechos confiables y precisos en un contexto significativo. El periodismo no persigue la verdad en un sentido absoluto o filosófico, pero puede —y debe— perseguirla en un sentido práctico. Esta “verdad periodística” es un proceso que empieza con la disciplina profesional de ensamblar y verificar los hechos. Entonces los periodistas tratan de transmitir un relato justo y confiable de su significado, válido por ahora, objeto de una investigación más profunda. Los periodistas deben ser tan transparentes como sea posible acerca de sus fuentes y métodos para que las audiencias puedan investigar por cuenta propia la información. Incluso en un mundo de voces en expansión, la precisión es la base sobre la cual se construye todo lo demás —contexto, interpretación, comentario, crítica, análisis y debate. La verdad, con el tiempo, emerge de este foro. Conforme los ciudadanos se encuentran con un flujo de datos cada vez mayor, tienen más necesidad —no menos— de fuentes identificables dedicadas a verificar esa información y ponerla en contexto.

2. Su primera lealtad es con los ciudadanos

Si bien las organizaciones de noticias responden a muchas circunscripciones, incluyendo anunciantes y accionistas, los periodistas en esas organizaciones deben mantener la lealtad a los ciudadanos y al interés público por encima de cualquier otro si han de proveer las noticias sin temor ni favor. Este compromiso de poner primero a los ciudadanos es la base de la credibilidad de una organización noticiosa, el pacto implícito que le dice al público que la cobertura no está inclinada en favor de los amigos o los anunciantes. El compromiso con los ciudadanos también significa que el periodismo debería presentar una imagen representativa de todos los grupos que constituyen la sociedad. Ignorar a ciertos ciudadanos tiene el efecto de privarles de sus derechos. La teoría que subyace a la industria periodística moderna es la creencia de que la credibilidad construye un público amplio y leal, y que el éxito económico, a su vez, es una consecuencia de ello. En ese sentido, los hombres de negocios en una organización periodística también deben nutrir —no explotar— su lealtad a la audiencia por delante de otras consideraciones.

3. Su esencia es una disciplina de verificación

Los periodistas dependen de la disciplina profesional de verificación de información. Cuando el concepto de objetividad evolucionó originalmente, no implicaba que los periodistas estén libres de prejuicios. Buscaba, más bien, un método consistente de poner a prueba la información —un enfoque transparente para la evidencia— precisamente para que los prejuicios personales y culturales no socavaran la precisión de su trabajo. El método es objetivo, no el periodista. Buscar múltiples testigos, divulgar lo más posible acerca de las fuentes, o pedir comentarios desde varias perspectivas, son todos ejemplos de dichos estándares. Esta disciplina de verificación es lo que separa al periodismo de otras formas de comunicación, tales como la propaganda, la ficción o el entretenimiento. Pero la necesidad de método profesional no siempre es completamente reconocida o refinada. Si bien el periodismo ha desarrollado diversas técnicas para determinar los hechos, por ejemplo, se ha hecho menos para desarrollar un sistema de comprobación de la fiabilidad de la interpretación periodística.

4. Sus practicantes deben mantener independencia de aquellos a quienes cubren

La independencia es un requisito fundamental del periodismo, una piedra angular de su fiabilidad. Independencia de espíritu y mente, en lugar de neutralidad, es el principio en el que los periodistas deben mantenerse enfocados. Aunque los editorialistas y comentaristas no son neutrales, la fuente de su credibilidad sigue siendo su exactitud, imparcialidad intelectual y capacidad de informar, no su devoción a un determinado grupo o resultado. En nuestra independencia, sin embargo, debemos evitar cualquier tendencia a desviarnos hacia la arrogancia, el elitismo, el aislamiento o el nihilismo.

5. Debe servir como un monitor independiente del poder

El periodismo tiene una capacidad inusual para servir como guardián de aquellos cuyo poder y cargo afectan más a los ciudadanos. Los Padres Fundadores reconocieron que esto es una muralla contra el despotismo cuando aseguraron una prensa independiente; las cortes lo han afirmado; los ciudadanos confían en ello. Como periodistas, tenemos la obligación de proteger esta libertad de vigilancia al no degradarla en usos frívolos o explotarla con fines comerciales.

6. Debe proporcionar un foro para la crítica y el compromiso públicos

Los medios de comunicación son los portadores comunes de la discusión pública, y esta responsabilidad constituye una base para nuestros privilegios especiales. Este debate sirve mejor a la sociedad cuando se informa de hechos más que de prejuicios y suposiciones. También debe tratar de representar en forma justa los distintos puntos de vista e intereses de la sociedad, y de colocarlos en su contexto en lugar de resaltar sólo los flecos conflictivos del debate. La exactitud y la veracidad requieren que, como autores de la discusión pública, no descuidemos los puntos de acuerdo común donde se produce la resolución de problemas.

7. Debe esforzarse en hacer que lo significativo sea interesante y relevante

El periodismo es contar historias con un propósito. Debe hacer algo más que reunir una audiencia o catalogar lo importante. Por su propia supervivencia, debe equilibrar lo que los lectores saben que quieren con lo que no pueden anticipar pero sí necesitan. En definitiva, se debe procurar que lo significativo sea interesante y relevante. La eficacia de una obra periodística se mide por cuánto un trabajo compromete a su audiencia y la ilumina. Esto significa que los periodistas deben preguntar continuamente qué información tiene más valor para los ciudadanos y en qué forma. Aunque el periodismo debe ir más allá de asuntos tales como gobierno y seguridad pública, un periodismo abrumado por trivialidades y falsa significación engendra, en última instancia, una sociedad trivial.

8. Se debe mantener la noticia completa y proporcional

Mantener las noticias en proporción y no dejar las cosas importantes fuera también son piedras angulares de la veracidad. El periodismo es una forma de cartografía: crea un mapa para que los ciudadanos naveguen por la sociedad. Inflar eventos para el sensacionalismo, descuidando otros, estereotipar o ser desproporcionadamente negativo; todo esto hace un mapa menos fiable. El mapa también debe incluir noticias de todas nuestras comunidades, no sólo aquellos con demografías atractivas. Esto se logra mejor mediante salas de redacción con una diversidad de antecedentes y perspectivas. El mapa es una analogía; la proporción y exhaustividad son subjetivos, sin embargo, su carácter esquivo no disminuye su importancia.

9. A sus practicantes se les debe permitir ejercer su conciencia individual

Cada periodista debe tener un sentido personal de ética y responsabilidad, una brújula moral. Cada uno de nosotros debe estar dispuesto, si se requiere de imparcialidad y exactitud, a expresar las diferencias con nuestros colegas, ya sea en la sala de prensa o en la suite ejecutiva. Las organizaciones de noticias hacen bien en nutrir esta independencia al alentar a las personas a que digan lo que piensan. Esto estimula la diversidad intelectual necesaria para comprender y cubrir de forma precisa una sociedad cada vez más diversa. Es esta diversidad de mentes y voces, no sólo de números, lo que importa.

Emilio Palacio: “Por qué fundé Wikileaks”

En su más reciente libro, el periodista ecuatoriano y fundador de Wikileaks, Emilio Palacio, asilado en la embajada de Reino Unido en Estados Unidos, nos describe cuál fue la razón por la que creó Wikileaks en las páginas de su último libro. A continuación un extracto donde empieza con una descripción de lo que él piensa son los componentes de la evolución social, cuál es el papel del periodismo en ello, qué amenazas enfrenta y cómo su organización ha trabajado para hacerles frente:

Cuando uno analiza las injusticias en Ecuador, se da cuenta que si uno quiere afectar cómo la sociedad evoluciona, entonces, sólo tiene dos variables en las que puede incidir: qué es lo que la gente tiene y qué es lo que sabe. La repartición de recursos es una tarea muy compleja, pero afectar lo que la gente sabe es mucho más fácil, un pequeño pedazo de información puede difundirse muy rápidamente. Entonces la pregunta que debemos hacernos es ¿Qué tipo de información producirá comportamientos más justos y desincentivará los injustos? ¿Qué necesitamos para que se levanten varios líderes y se logre una concertación democrática?

Actualmente, los periodistas tienen dificultad en recabar información que el gobierno de Correa tiene interés en censurar. Wikileaks fue inicialmente diseñado para una situación muy adversa donde publicar sería extremadamente difícil y nuestra única defensa efectiva sería el anonimato, donde ser la fuente es riesgoso (como sucede con muchos servidores públicos que son testigos de casos de corrupción pero que no denuncian para proteger sus puestos y sus vidas), y donde internamente teníamos a un equipo muy pequeño y completamente confiable.

Yo describo la censura como una pirámide. En la punta de la pirámide está el asesinato de denunciantes, periodistas y editores. Asesinan gente y sus asesinos nunca aparecen: Fausto Valdivieso anunció que revelaría corrupción en TC Televisión. Lo asesinaron. El gobierno lo vinculó a la mafia. Luego se retractaron. Quinto Pazmiño reveló que Pativideos se reunió con especuladores. Pazmiño murió de un «ataque al corazón» A su viuda la asesinaron. Gral. Gabela, el policía F. Jiménez, J. I. Tendentza.

En el siguiente nivel están los ataques legales como juicios millonarios hacia periodistas y editores. Correa quiere un pais de brutos. El decide que podemos ver y que no. Sus abogados en varios países del mundo se encargan de la censura. Un ataque legal es simplemente un uso demorado de fuerza coercitiva que no necesariamente resulta en asesinato pero puede terminar en prisión o embargo de bienes. No sólo fabrican sentencias (juicio Emilio Palacio y El Universo). Además, fabrican falsos testimonios.  Los auditores de los contratos del Gran Hermano encontraron que Correa sabía de esos contratos. Correa ordenó que los encarcelen.

Hay muy poca gente asesinada, existen unos pocos ataques legales públicos sobre individuos y corporaciones, y entonces en el nivel de más abajo existen tremendas cantidades de autocensura. Esta autocensura ocurre en parte porque la gente no quiere subir hacia los niveles superiores de la pirámide. No quiere ser víctima de ataques legales y de fuerza coercitiva, ni quiere ser asesinada. Después están otras formas de autocensura motivadas por preocupaciones acerca de perderse la oportunidad de un negocio o una oferta.

Wikileaks ha decidido lidiar con las dos secciones superiores de esta pirámide de censura: amenazas de violencia y amenazas demoradas de violencia representadas por el sistema legal. En cierta forma, esos son los casos más difíciles, en cierta forma son los más fáciles. Son los más fáciles porque está muy claro cuando hay cosas que están siendo, o no, censuradas. También es más fácil porque el volumen censura es relativamente pequeño, incluso cuando la importancia por evento puede ser muy alta.

Al inicio, Wikileaks no tenía tantos amigos. Así que tomamos la posición que necesitábamos para tener un sistema de publicación donde la única defensa era el anonimato. Wikileaks permite que la gente envíe denuncias sin comprometer su identidad y esto evita la persecución criminal del gobierno. Internet en todo el mundo es el futuro de la prensa. Internet en Ecuador es el refugio de la prensa.


Nota: Este es un Mashup derivado de publicaciones de Emilio Palacio en su cuenta de twitter y publicaciones realizadas por Julian Assange en su último libro: Cuando Google encontró a Wikileaks. Fue creado debido a que el periodismo ecuatoriano (bueno y malo) no parece entender la importancia de las herramientas de denuncia anónima y, entre sus más duros críticos, se encuentra precisamente Emilio Palacio, quien realiza aseveraciones muy severas sobre el proceder del gobierno respecto a los denuciantes, al tiempo que ataca a Julian Assange.

Fuentes: [1], [2], [3], [4], [5], [6], [7], [8], [9]

 

Tres profesiones que aprendí a respetar

Cuando decidí mi especialización en el colegio no tenía para nada claro cómo funcionaba el mundo. De las tres opciones disponibles, tenía impresiones bastante generales y simplistas. Ser físico matemático era encerrarse en una oficina, ser químico biólogo era encerrarse en un laboratorio o ser médico (nada más lejos de mis intereses) y luego estaban las ciencias filosófico-sociales. Nunca me interesó aprender sobre las profesiones que le correspondían, para mí ser sociales era salir al mundo y trabajar por la gente. Tuvo que pasar un tiempo para enterarme que eramos vistos como vagos, como la especialización de descarte por no ser bueno en matemáticas ni en química.

Mi caso era un poco especial, yo era el chico que salía primero en las pruebas de físico en cuarto curso con notas de 9,6. En alguna ocasión también representé al colegio en un concurso de matemática y quedé cuarto. Fui el único de mi clase al que le gustaba la economía y, de hecho, parecía una profesión natural para mí de no ser porque simplemente la aborrecía.

Al graduarme del colegio me di cuenta de lo abstraído que estaba. Para mí el aprendizaje, y no la ocupación, fue siempre lo esencial. No tenía idea de que carrera universitaria tomar. El impacto que tuvo en mi vida la historia de la Filosofía fue tan grande que para mí era más importante descubrir las grandes preguntas por sobre tener un título. Pero más allá de eso, habían ciertas profesiones que me resultaban prohibitivas, sucias, intrascendentes.

Periodismo

Años atrás, pensaba que estudiar periodismo era casi igual a estudiar publicidad. Con la mayoría de medios en manos de grupos de interés, periodistas que le dedicaban una tarde a sus artículos (según yo) y temas poco trascendentes ¿qué había de interesante en estudiar comunicación?

Hoy pienso de una forma totalmente distinta, y creo que Internet también ha jugado un rol muy importante en esto. La distribución del poder comunicativo ha dado espacio a formas alternativas de periodismo, y me ha hecho entender el papel imprescindible que juegan estos personajes en las denuncias al abuso de poder. Haber trabajado con una periodista me permitió seguir paso a paso su trabajo, ver como cazaba su historia, contrastar las fuentes, armar una narrativa, generar quiebres en la línea oficial de información, despertar la curiosidad y el interés de otras personas ¡matar la apatía!

Otros, como Assange, han ayudado a terminar guerras, detener matanzas, cuestionar torturas. Esta gente salva vidas y en un mundo donde hay un uso ilegítimo y sistemático de la fuerza en contra de grupos vulnerables, denunciarlo es un acto de verdadero altruismo, especialmente para aquellos que escogen la condena de ser espiados, criminalizados y perseguidos.

Derecho

Uno de mis periodistas favoritas es Glenn Greenwald, ese man no estudió comunicación sino derecho. Cuando publicó las filtraciones de Snowden de repente ya no era periodista (a pesar de que publicaba desde hace mucho en The Guardian y otros medios importantes), y muchos medios, influidos directamente por la política de Estados Unidos, trataron de descalificarlo como blogger. Este no es sólo un asunto de prestigio, es una cuestión legal. El momento en que remueven tu condición de periodista, a ojos de los Estados eres alguien muy distinto. No tienes las mismas protecciones legales que están ahí para defender la libertad de expresión (y eso es algo que me ha llevado a cuestionar profundamente nuestra ley de comunicación propuesta). Los abogados representan una segunda fuerza de ataque y defensa frente a los abusos de corporaciones y Estados.

Mi desprecio por el mundo legal provenía directamente de percibirlo como algo absolutamente artificial, no puede haber nada más inventado que las leyes. Y aunque esto es verdad, si uno observa su evolución podemos darnos cuenta de que es precisamente aquí donde se evidencia la evolución del pensamiento humano. Hoy hablar de los derechos de la naturaleza es algo casi radical, pero en su momento lo propio sucedió con los derechos humanos. Y no es una hipérbole, si te metías de lleno a defenderlos te mataban, aunque fueras presidente. Pero han sido precisamente abogados como Sarah Harrison quienes han logrado mantener algunos de los derechos fundamentales en situaciones realmente adversas.

Política

No hubo poder humano que me convenciera de que hubiera algo bueno en política, jamás. De hecho me molestaba que mencionaran a Aristóteles diciendo que la polis somos todos, me parecía una salida fácil, taparse los ojos ante todo lo que pasaba en el mundo. Y aunque hoy mismo afirmo categóricamente que todos los gobiernos son corruptos y que todo el sistema socioeconómico es totalmente religioso, enfermizo y asesino, hay gente que hace la diferencia. Que no duerme para crear escudos que no afecten a la gente, que construye argumentos y presiona con hechos para que otras personas tengan una vida mejor.

Y lo que es mucho más admirable, es que con todos los intereses escondidos, adicciones al poder, desconfianza continua, hay gente que no se rinde. Créanlo o no, es mucho más fácil trabajar dentro de grupos de la sociedad civil, donde de una u otra manera hay un apoyo continuo, una misma causa, la solidaridad en la derrota que dentro de un ambiente que es casi naturalmente hostil y deprimente.

Evidentemente no hablo del profesional promedio cuando pienso en cualquiera de estas profesiones, fueron periodistas los que buscaron desprestigiar a Greenwald, los que irresponsablemente llamaron violador a Assange, y son abogados quienes buscan ponerlos tras las rejas con la esperanza de amedrentar a todos aquellos que están dispuestos a exponer la verdad. Son los políticos precisamente quienes crean los problemas que otros de su clase tratan de resolver. Pero me alegra darme cuenta que seres humanos de carne y hueso se han ganado mi admiración y me han ayudado a dejar de ver el mundo a blanco y negro. Finalmente he aprendido no sólo a respetar a estos profesionales sino a considerarlos imprescindibles en la construcción del futuro con que todavía — con un porcentaje de probabilidad muy pequeño — todavía sueño.

Inadaptados, eternos.