Silla vacía

Hace pocos días me llegó una invitación para participar en la visita al país de Edison Lanza, Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). «La reunión contará con cinco espacios en los que se abordarán distintas temáticas», decía el mensaje, entre las cuales escogí libertad de expresión e internet en Ecuador.

A algunos les puede sorprender esta invitación, pues soy médico. Sin embargo, he dedicado mucho de mi tiempo al tema de internet en Ecuador: estuve entre quienes revirtieron la legalización de la vigilancia masiva en Ecuador en la asamblea nacional en 2013; un año después, escribí un reporte sobre gobernanza de internet en Ecuador y lo presenté en el primer encuentro sobre el tema en Ciespal; he escrito innumerables artículos de prensa sobre neutralidad de la red, vigilancia, censura en línea, entre otros temas; y, debido a esto, en 2016 Freedom House me seleccionó para ser el autor del reporte sobre libertad de la red en Ecuador (el manuscrito del año 2018 actualmente se encuentra en revisión).

No obstante, el correo de la Relatoría fue sorpresivo. No estoy afiliado a ninguna organización ─el reporte lo escribo bajo contrato─ y era la primera vez que recibía una invitación de este calibre. Pocos días después recibí el mensaje de una amiga preguntándome si iba a asistir al evento. Ella sí trabaja en una organización internacional de defensa de derechos humanos en línea y, obviamente, estaba invitada. Le confirmé mi asistencia efusivamente y luego me confesó que ella me había recomendado. 

Las presentaciones ante el Relator son relativamente corta (3-5 minutos), así que los reportes escritos que las acompañan son muy importantes. Tenía planificado redactar el mío el día previo: tomaría partes esenciales de mi manuscrito y resaltaría puntos clave. No estaba del todo contento con eso pero dado el poco tiempo que nos dieron para prepararnos, era un plan bastante decente.

A media mañana, recibí un mensaje: «vamos a intentar hacer algo muy con preocupaciones centrales, ¿quieres sumarte?». Era mi amiga ─la dura─ que junto a personas de otra organización latinoamericana, preparaba un documento más sólido para mostrar una especie de acuerdo nacional sobre lo más relevante en cuanto a libertad de expresión en internet en el país. Le di el sí e inmediatamente empezamos a trabajar en un documento en línea. Trabajamos cerca de cuatro horas delineando cinco puntos clave sobre los que se debía trabajar.

Mi trabajo consistió en editar el borrador y añadir referencias donde fuera relevante. Los dos primeros párrafos trataban sobre temas protocolarios y declaratorios, así que mi trabajo realmente empezó aquí:

En Ecuador, la disputa por la libertad de expresión en línea se ha manifestado en ataques a los medios de comunicación, a sitios web y a personas en redes sociales: a través de casos de censura política, de silenciamiento de voces críticas y de denuncia a la corrupción; de acoso a activistas y defensores de derechos humanos; de persecución a periodistas y de manipulación de contenidos que han sido ampliamente documentados por distintas organizaciones.

Texto extraído del borrador original del documento

La primera referencia que apareció en mi mente tras leer este párrafo fue mi propio reporte. No sólo por ser el más actualizado (2017) sino porque tomaba en cuenta todos y cada uno de los ejemplos anotados por las autoras. Lo añadí al pie. Otro dato interesante, otra nota al pie. Confiaba en mi amiga para la redacción de las ideas principales puesto que previamente la había transmitido mis ideas principales por mensaje de texto. Me limité a editar y anotar. Tenía poco tiempo antes de una reunión así que fui al final y dejé mi «firma»:

Andrés Delgado-Ron, autor de los informes sobre libertad de la red en Ecuador por Freedom House (2016-2018).

***

Revisaba las últimas ediciones cuando me percaté de una llamada perdida y varios mensajes de Whatsapp en el chat en el cuál había trabajado toda la tarde: «Hola Andrés, ¿podemos hablar un momentito apenas tengas chance? Quisiera comentarte algo y discutir un punto delicado contigo».

La llamada duró cuatro minutos. En síntesis, las organizaciones que redactaban el documento mantenían una posición antagónica respecto a ONG financiadas por Estados Unidos.  

Organizaciones que financian y han financiado el reporte sobre libertad de la red de Freedom House.

Mi amiga había notado la primera referencia que añadí en el documento, al pie de la página, y me dijo que muy a pesar suyo, existe una política de no vincularse con Freedom House. No era la primera vez que me sucedía, así que instintivamente repetí algo que había explicado en ocasiones pasadas, que «cada palabra escrita en ese informe fue redactada por mí». 

No importó: «Pero viene con ese membrete… tal y cómo está redactado el documento en este momento, [equis organización] no puede firmar. Nosotros tampoco podríamos». 

Le dije que entendía. En parte fue verdad, parece legítimo evitar asociarse con ciertos actores en función de su financiamiento; puesto que las organizaciones pueden generar un sesgo. Pero siendo el autor del documento, me fue imposible aceptar el argumento en su totalidad. 

Caminé cerca de quince cuadras antes de obtener un poco de paz mental. Pero esto era ridículo: Me censuraron en un documento que habla en su párrafo introductorio sobre la importancia de la libertad de expresión. Me censuraron en un documento que habla de los peligros de la polarización política y, aún más importante, son las propias organizaciones que defienden la libertad de expresión las que mantienen una política que data de la guerra fría.

En la cuadra décimo sexta, me di cuenta que tendría que redactar mi propio documento (después de la reunión que empezaba en pocos minutos y antes de dormir lo suficiente para no ser una caricatura al insomnio al momento de hablar). Aún caminando, me di cuenta que no habría tiempo. Podría, tal vez, preparar algo para la presentación oral. Repasé los puntos principales y aunque la estructura general era buena, cinco minutos no iban a bastar. La noche tampoco fue suficiente. Fui otra silla vacía frente al Relator de la Libertad de Expresión.

Recomendaciones para los 4 pelagatos

Las últimas semanas me he separado bastante de las redes sociales y casi no me entero de este nuevo sitio web llamado 4 pelagatos. Todavía no les puedo contar mucho del sitio porque por ahora sólo está lleno de buenas intenciones. Los autores (Roberto Aguilar, José Herández y Martín Pallares) han publicado un manifiesto al tiempo que han explicado en cada uno de sus blogs las razones por las que han iniciado esta nueva aventura. El D’Artagnan de estos tres mosqueteros es el no menos célebre Crudo Ecuador. Asumo que para la mayoría de ecuatorianos que hemos extendido nuestro sistema nervioso hacia las redes sociales, esto es lo que nos genera más expectativa. Al contrario de sus compañeros, Crudo Ecuador no ha roto el silencio en sus cuentas de Twitter o Facebook. Su última publicación la hizo el 19 de febrero de 2015, exponía sus razones para abandonar Internet para resguardar el bienestar propio y de su familia.

En su momento, yo redacté una serie de consejos para el próximo Crudo Ecuador, que eran sobre todo consejos para resguardar el anonimato, pero que creo 4P merece su propia lista. Ellos no empiezan en una condición de anonimato y su tarea será, como la de la mayoría de medios digitales que hacen periodismo de investigación, resistir.

Todas las páginas web se alojan en algún servidor de internet, al cual todos accedemos desde nuestras computadoras. Es importante conocer las leyes del país donde se aloja nuestro servidor, al menos las que tienen que ver con Internet. Si los países tienen regulaciones muy relajadas sobre derechos de autor en Internet, es mejor alejarse de ahí. Lamentablemente, carezco de conocimientos suficientes para realizar una lista específica de dónde colocar o no sus servidores, pero sería interesante echar un ojo a esfuerzos previos por mapear esto. El Mapa de Responsabilidades de los Intermediarios de Internet (WILMap por sus siglas en inglés) es un recurso en línea que informa al público sobre la evolución de la regulación de internet que afecta a la libertad de expresión y a los derechos de los usuarios alrededor del mundo. En última instancia, EcuadorTransparente.Org encontró un buen proveedor que le dijo que no a Ares Rights y le pidió una orden judicial antes de procesar una de sus tantas solicitudes infundadas en el copyright.

Luego del servidor, el siguiente eslabón es el nombre de dominio, en este caso 4pelagatos.com; que según veo lo han adquirido usando los servicios de domainsbyproxy.com (un servicio para la compra de dominios web que protege la privacidad de sus clientes). El riesgo que veo acá es que (a) trabajan con godaddy.com y (b) la gana de proteger a veces no es suficiente. Sería de ver si cuestiones como el registro de marca podría ocasionar problemas a futuro, eso ya le pasó a Crudo Ecuador. Para suerte de los gestores, uno puede registrar la marca en cualquier otro país y su aplicación es a nivel internacional; eso les puede evitar ciertas complicaciones con las instituciones locales.

Los ataques DDoS son otra de las cosas que se han vuelto el pan de cada día. Servicios como CloudFlare ayudan a resistir los ataques de bots. CloudFlare tiene un programa específico para proteger sitios web que defienden el interés público, se llama Galileo y cuenta con el respaldo de docenas de organizaciones que protegen los derechos en la red. Se puede aplicar para ser parte del programa de forma gratuita. Finalmente, una buena práctica consiste en respaldas los nuevos artículos apenas se hayan publicado. Se puede hacer eso utilizando al menos dos herramientas: web.archive.org y archive.is, esta última es más resistente a intentos de censura.

Puede que algunas de las opiniones que han publicado en estos meses los arriba mencionados —no es excepcional— no sea de mi entero agrado. No obstante, me siento bastante identificado con la situación en la que se encuentran. Es importante respetar esa último metro cuadrado de libertad que nos hace quienes somos. Seguramente, muchos sentirían que su vida no sería igual si no pudieran volver a ver. A otros nos sucede que necesitamos escribir y hablar. Cercenar ese talento resulta lesivo a un nivel personal… yo no sería el mismo si no pudiera escribir. Sobreviviría, como mucha gente lo hace después de accidentes fatales, pero no sería yo. Aún más importante, hay algunas expresiones que si no se dicen, se pierden. Son ideas en peligro de extinción y, a veces, son la última esperanza que nos queda para apegarnos con cordura al mundo.

Éxitos en su nueva aventura.

CONCURSO: Gánese un juicio con el Chato Castillo!

El día de hoy, según informa diario La Hora, la Corte de Justicia de Loja impuso la pena de 30 días de prisión a la concejala lojana Jeannine Cruz Vaca por publicar un tuit. Eso quiere decir que en Ecuador ahora uno está a dos clics de irse preso.

La demanda la interpuso el alcalde de Loja, Bolívar «Chato» Castillo, a quien tuve el agrado de conocer. Me parece muy triste que la gente no tenga libertad de publicar lo que sienta y piense (aunque se equivoque) en las redes sociales, y peor que le metan preso por algo que, hasta la fecha, no alcanzaba ni los quince retuits. Sería interesante que miles de personas envíen el mismo tuit para proteger la libertad de expresarse en la red, hagan clic en la imagen o en el enlace de arriba para participar.

Mientras más gente participe más divertido será.

 

ACTUALIZACIÓN: LO QUE DICEN LOS ABOGADOS

A favor de la detención:

La concejala Jeanine Cruz ha dicho que «Alcalde José Bolívar Castillo lo q pedimos l@s Lojan@s es q deje de mentir y de robar», sólo el texto ya contiene una afirmación de que el alcalde miente y roba. Aunque aún no se conoce el juicio —que estará disponible a través de la página web de la Función Judicial— se entiende que en el proceso judicial, Cruz tuvo la oportunidad de demostrar que el alcalde miente y roba. Y que no lo hizo.

El tipo penal sobre la calumnia dice lo siguiente:

Art. 182.- Calumnia.- La persona que, por cualquier medio, realice una falsa imputación de un delito en contra de otra, será sancionada con pena privativa de libertad de seis meses a dos años.
No constituyen calumnia los pronunciamientos vertidos ante autoridades, jueces y tribunales, cuando las imputaciones se hubieren hecho en razón de la defensa de la causa.
No será responsable de calumnias quien probare la veracidad de las imputaciones. Sin embargo, en ningún caso se admitirá prueba sobre la imputación de un delito que hubiere sido objeto de una sentencia ratificatoria de la inocencia del procesado, de sobreseimiento o archivo.
No habrá lugar a responsabilidad penal si el autor de calumnias, se retractare voluntariamente antes de proferirse sentencia ejecutoriada, siempre que la publicación de la retractación se haga a costa del responsable, se cumpla en el mismo medio y con las mismas características en que se difundió la imputación. La retractación no constituye una forma de aceptación de culpabilidad.

El hecho de que la señora haya afirmado que el señor miente y que el señor roba mediante una red social (o mediante un megáfono en la plaza pública o mediante grafiti o panfleto) es meramente circunstancial.

En contra de la detención:

Cuando se hace una denuncia, como es el caso de Cruz, no puedes ser procesado por injurias. En derecho penal, este tipo requiere de lo que se conoce como «animus injuriandis» es decir, el querer menoscabar la honra con un insulto. Si es una concejal quien dice esto al Alcalde, es una denuncia sobre su gestión como Alcalde, no se perfecciona el tipo penal. No existe ánimus injuriandis. Lo que debería suceder en esta ocasión es que Contraloría pida explicaciones al alcalde sobre los temas denunciados.

Adicionalmente «no se puede usar el derecho penal para apresar a quien te cuestiona, ofende, o insulta si tú estás en un cargo público». En la región se ha despenalizado el delito de opinión en los casos de funcionarios públicos.

[Seguiré actualizando mientras recabe más información]

Levanta tu voz – #RaiseYourVoice

Hoy 16 de octubre se celebra el Blog Action Day, una fecha donde muchos entre los que escribimos en la red discutimos una temática importante. Este año, hablaremos acerca de las persecuciones que sufrimos cuando lo hacemos, porque muchas personas que publican información ponen su vida en riesgo. Por eso la temática de este año es «levanta la voz» o #RaiseYourVoice.

Las historias de persecución a escritores, blogueros y periodistas ciudadanos pueden parecerte lejanas, pero la verdad es que están más cerca de lo que uno piensa. A más de un incauto lo han amedrentado en redes sociales por decir algo que le resultó incómodo a alguien que tiene dinero para comprar consciencias, puede que esa persona haya callado esa amenaza porque sabía que se trataba de eso. A mí me han enviado tuits donde decían que debía morir, y los denuncié y ya está. Pero también se dan los casos donde las personas realmente se asustan y deciden no quejarse una segunda vez por miedo a que esas amenazas sean más que sucias tácticas de intimidación. Y a veces me ha entrado la duda también.

Recuerdo cuando escribí en Gkillcity.com acerca del espionaje realizado por Hacking Team y cómo sus documentos vinculaban comercialmente a esta empresa con la agencia ecuatoriana de inteligencia, eso desencadenó una serie de eventos que no sólo me asustaron a mí sino también a mis editores, ellos escribieron una crónica al respecto. Ese día recibí mensajes de intimidación en italiano vía whatsapp, calumnias donde buscaban asociar mi nombre con el de la Secretaría Nacional de Inteligencia, suplantación de identidad que fue usada para amenazas a activistas que trabajaban por la misma causa y ataques cibernéticos que causaron una interrupción en mi servicio de Internet. Ese día quisieron usar a mi hermana para obtener mi dirección de correo electrónico y se hicieron llamadas para poner en riesgo mi futuro laboral. Y tengo pruebas y testigos de todas y cada una de esas cosas.

Ese día y los subsiguiente rechacé dos entrevistas en medios donde podía haber explicado más a profundidad las implicaciones de lo que pasó, ese día guardé silencio.

Está claro que mi decisión también se amparó en el gran número de gente que hizo eco de estas denuncias y gracias a los cuales puedo tener un poco más de tranquilidad en mi consciencia, pero es importante recordar que no estamos hablando de ficciones cuando recordamos que la gente está siendo intimidada y amenazada, son peligros reales que la gente tiene que llevar a cuestas, muchas veces en silencio para no implicar a sus seres queridos. Por eso es importante recordar que es deber de cada día defender los derechos de otros, porque eso es también defender los derechos propios. Por eso celebro el Blog Action Day contándoles mi historia, alzando la voz en defensa de todos aquellos que están siendo callados sin que uno siquiera se pueda enterar.

Consejos para el próximo Crudo Ecuador

Creo que a la gran mayoría de ecuatorianos nos apena ya no reírnos con los memes de Crudo Ecuador. Su inteligencia, constancia y determinación alegraban hasta los lunes, por eso quiero dejar unos pocos consejos para quien desee tomarle la posta en el futuro. Es importante comprender que Crudo Ecuador se enfrentó a dos problemas muy graves en internet: el ataque al anonimato y el abuso del derecho de autor.

Anonimato en la red

Para hablar del anonimato, me voy a servir de un ejemplo práctico. El día de ayer vi un pésimo documental contra Wikileaks: We Steal Secrets. En uno de sus momentos, cuando querían pintar a Julian Assange como paranoico, el documentalista muestra un extracto de una entrevista al periodista Mark Davis, quien declara:

En el tiempo que estuve con él, creo que la conciencia de [tener] alta seguridad en realidad era pertinente; era apropiado. Eso sí, él había estado viviendo así por, ya sabes, 5 ó 10 años, cuando es probable que no haya sido apropiado.

Es una pena que yo, que no soy periodista, tenga que explicar porque las declaraciones de alguien que sí lo es –y, por tanto, debería saber exactamente cómo funciona el mundo de la información– están tan equivocadas. En el mundo digital, la información es protegida mediante algoritmos de cifrado. Estos algoritmos son fórmulas matemáticas que enredan la información lo suficiente como para que sea difícil obtener la contraseña incluso para una computadora. Pero tras un tiempo determinado, las computadoras hallarán tu clave y se harán con tu información.

Así, por ejemplo, yo puedo estar enviando información cifrada por los canales de CNT y tener esos datos almacenados en los servidores de correo de gmail, hotmail, yahoo o cualquier otra empresa. Si no protejo mis correos, es probable que los proveedores de correo tengan fácil acceso a mi información y se la entreguen a un gobierno interesado, como le sucedió a Wikileaks. Si quienes trabajan en esta organización cifraron sus correos tendrán unos 5 ó 10 años antes de que sus correos sean descifrados. Hay que protegerse desde antes.

Entonces el primer consejo es que tienes que planificar con tiempo, sería una muy buena idea borrar tus huellas digitales y todo lo que podría generar una asociación con la nueva cuenta que piensas crear. Una segunda opción es que, en lugar de no tener vida digital alguna, uses herramientas que garanticen tu anonimato. Esto puede ser más o menos seguro según cuanto quieras complicarte la vida, puedes usar TAILS, que es un sistema operativo para que jamás detecten tu computadora y que puedes usar desde una memoria USB, pero algo como TOR (que es un navegador parecido a Firefox que esconde tus ideas y venidas en internet) debe ser suficiente. Crear una cuenta de correo usando TOR puede ser difícil, así que deberás buscar un buen proveedor o utilizar un proxy, evita los servicios que piden tu número celular. Inicia sesión en redes sociales siempre usando TOR y borra los metadatos de tus gráficos y documentos siempre. No hables de tus actividades, no uses el celular inteligente, es demasiado espiable.

Si compras un dominio, puedes usar servicios como Domain By Proxy para proteger tu identidad.

Abuso del derecho de autor

Pero a Crudo Ecuador no lo encontraron usando sistemas informáticos. Lo hallaron porque quisieron censurarlo abusando del derecho de autor. Empezaron a crear clones de su página y empezaron a mentirle a Facebook diciendo que ellos eran los dueños de la marca «Crudo Ecuador», Facebook le pidió a Crudo que demostrara que él era el dueño legítimo de ese nombre. Eso lo obligó a registrar su marca y, por ello, contrató un abogado y acudió al Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual. No soy quien para cuestionar al IEPI –puesto que no sé exactamente cómo llegaron esos trámites a ojos públicos. Adicionalmente, estos trámites son supuestamente transparentes y la documentación debe ser hecha pública– pero si fuera el nuevo Crudo Ecuador, acudiría a un abogado que garantice mi confidencialidad y le pediría que su estudio jurídico registre la marca en otro país, no a tu nombre, sino a nombre del estudio jurídico. La marca registrada es reconocida a nivel internacional y, por tanto, el trámite puede ser realizado en el extranjero.