Gobernanza en Internet en Ecuador: Desafíos y Principios

Este texto es un resumen de mi ponencia en el CAFÉ DIGITAL III: REFORMAS A LA LEY ORGÁNICA DE COMUNICACIÓN Y SU REGLAMENTO, organizado por la USFQ. Lo publico debido a que se van a cumplir dos años del evento y aún no se sabe nada de la publicación de sus memorias.

¿Por qué es importante que la sociedad comprenda y trabaje en gobernanza de internet?

La sociedad se beneficiaría de entender e involucrarse en la gobernanza de internet porque hemos pasado de una época donde internet era un recurso de apoyo a otra donde la red es un recurso indispensable para un sinnúmero de actividades.

Una vez que entendamos en qué grado dependemos de internet, es más fácil entender por qué debemos involucrarnos en su gobernanza. En Ecuador, por ejemplo:

  • Los bachilleres necesitan ahora registrarse en un sistema en línea para poder acceder a la universidad pública. Sin internet, no les es posible acceder siquiera a la universidad. Eso sin considerar todas las actividades que se llevan a cabo con base en recursos educativos abiertos que, en su mayoría, se encuentran en línea;
  • Los usuarios debemos tener una cuenta de correo para comprar. De otra manera, no se pueden recibir las facturas electrónicas. Desconocer estos sistemas de facturación en línea puede acarrear problemas con nuestra declaración de impuestos (las que usualmente se asocian a multas); finalmente
  • Nuestras interacciones sociales y comerciales están llegando a un punto donde también es necesario estar conectados. Si no se han quedado fuera de una fiesta porque no leyó el grupo de WhatsApp, pronto les va a suceder.

Dependemos tanto de internet que ahora para descansar del estrés del trabajo y los amigos, apagamos los celulares, nos desconectamos. Esto no era así hace diez años, cuando el uso de internet era una escapada de la realidad.

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Lo segundo que debemos entender es que, para usar internet, debemos someternos tanto a la forma en que opera esta tecnología como a los términos y condiciones de la prestación de servicios.

Las computadoras, por ejemplo, nos permiten descargar y ejecutar cualquier programa que nosotros queremos.[1] Los celulares, en cambio, sólo permiten descargar aplicaciones prefabricadas desde repositorios previamente autorizados por los distribuidores del sistema operativo.

Y esas mismas aplicaciones nos exigen ciertos comportamientos para poder usarlas. Uno no puede compartir ciertos stickers en Instagram sin antes activar la geolocalización, lo propio sucede con los filtros de Snapchat. Y para los que no somos tan millenials, está el ejemplo de WhatsApp; la cuál usamos bajo la condición de compartir los metadatos de nuestras conversaciones con Facebook.

Fuera de un asunto de consumo de información, existen dinámicas más graves donde la tecnología puede incluso atentar contra derechos humanos. En su libro “Algoritmos de opresión”, Safiya Umoja demuestra como Google reforzaba estereotipos racistas en los resultados de búsqueda mostrando mujeres negras cuando uno buscaba el término gorilas y poniendo primero páginas pornográficas al buscar el término “mujeres negras”.

Los algoritmos pueden ser racistas, homófobos, antipobres y debemos tenerlos muy en cuenta porque muchos de ellos, en la práctica, han reemplazado de facto a las leyes que deberían gobernarnos.

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Internet tiene más capas por debajo de la provisión de contenidos. Sin embargo, la dinámica es bastante similar en cuanto a su efecto en la sociedad.  La oferta de servicios de internet sin costo, por ejemplo, determina que usemos más WhatsApp (porque viene gratis con X o Y plan) independientemente de otros factores que puedan determinar la preferencia de los consumidores.

En definitiva, nos interesa gobernar el internet porque este también nos gobierna.

 

Tomando en cuenta la realidad nacional, las regulaciones vigentes y los proyectos de ley presentados, ¿cuáles son los principales desafíos que se pueden identificar en materia de gobernanza de internet en Ecuador?

El primer desafío siempre será el acceso. Actualmente, Ecuador casi ha superado el problema de acceso a internet en áreas remotas gracias principalmente a los infocentros y al despliegue de la red móvil. Sin embargo, hay otros tipos de desigualdades que impactan en el acceso a internet en el país. El analfabetismo digital, por ejemplo, es bajo a nivel urbano (6%) pero se dispara a nivel rural (21%); y es mucho más pronunciado en ciertas etnias.

Según cifras del INEC (2017), 18.8% de los afroecuatorianos y 29.8% de los indígenas respondieron que no ha usado un teléfono celular, una computadora y menos internet durante el último año. Es decir, son analfabetas digitales. En definitiva, tenemos por delante incrementar el acceso haciendo énfasis en la reducción de las desigualdades urbano-rurales y étnicas.

El segundo desafío que enfrentamos, y esto es a nivel de país, es generar una institucionalidad que disminuya el riesgo del abuso tanto privado como estatal en temas de gobernanza de internet. Entre 2013 y 2017, Ecuador perdió 6 puntos en lo que respecta a libertad de la red según el informe de Freedom House—mejoró 2 puntos en cuestiones de acceso, pero perdió 2 puntos en limitaciones de contenido y 6 puntos en el área de violación a los derechos de los usuarios. Estuvimos a nada de que el gobierno de Rafael Correa apruebe una ley de censura para redes sociales bajo el pretexto de combatir el odio; y la ley sobre protección de datos que propuso en su momento Gabriela Rivadeneira, está nuevamente en el debate. Hablaremos después más específicamente sobre legislación, pero creo que esto ilustra lo fácil que es para Ecuador regresar a un terreno de censura y miedo. En este sentido, hay que poner atención a las reformas que el Ejecutivo está implementando en materia de seguridad nacional y comunicación pero también ser propositivos para enmendar cuestiones que no son prioridades políticas de momento, como las excepciones al derecho de autor o el voto electrónico.

Finalmente, si tenemos un compromiso con un internet libre y abierto, también tenemos que cuestionarnos sobre las consecuencias de esa libertad (eso si queremos que nos tomen en serio). Fue justamente la libertad que tenían las empresas para acceder a la información de los usuarios de Facebook, y su libertad de amplificar cualquier cosa, lo que permitió al gobierno ruso influenciar en las elecciones estadounidenses. Lo mismo es cierto en el caso ecuatoriano, donde hemos visto la operación de cuentas troll para manipular el discurso público. En un mundo donde todas las personas pueden tener un amplificador ¿quién modula los discursos sin ética o sustento? Hablé hace pocos momentos de los analfabetos digitales de internet, pero es también tiempo de abordar el tema de los analfabetos funcionales de internet; aquellos que sí pueden usar las herramientas de internet pero no discriminar sobre sus contenidos o herramientas.

A su criterio, ¿cuáles son las regulaciones y realidades que constituyen la mayor amenaza a la evolución y uso del internet en el país hoy en día?

Creo que antes de responder esta pregunta, es importante citar dos propuestas que estuvieron a punto de cambiar el panorama de internet en Ecuador. El primero vino de la mano del exvicepresidente Jorge Glas quien pretendía hacer ilegal el anonimato en internet (algo similar a lo que existe en Brasil); el segundo, de la mano de Rafael Correa con su propuesta para “regular el discurso de odio y discriminación en las redes sociales y el Internet”. Menciono ambas amenazas porque aún hace falta un debate profundo en nuestra sociedad sobre anonimato en internet y porque la propuesta del expresidente aún no ha sido tratada ni archivada.

Lo propio sucede con dos propuestas relativas a datos personales: El proyecto de ley de protección a la intimidad y a los datos personales de Vinicio Chica, en trámite desde 2010; y el proyecto de ley orgánica de la protección de los derechos a la intimidad y privacidad sobre los datos personales de Gabriela Rivadeneira, en trámite desde 2016.

Hay que poner mucha atención al tema de protección de datos puesto que ahora mismo estamos pasando por un momento de quiebre: La Unión Europea acaba de implementar su nuevo reglamento de protección de datos, forzando a cientos sino miles de compañías a actualizar su política de datos; muchas de estas han tenido que implementar nuevos mecanismos y, si nos cobijamos bajo una legislación similar, es posible avanzar la frontera de protección de datos personales en Ecuador. Debemos asegurarnos de que proyectos inmaduros, como los que se quedaron en la Asamblea, sean reemplazados por un cuerpo legislativo robusto y para eso la dirección nacional de registro de datos públicos debe hacer que su propuesta se genere abierta y participativamente desde el borrador inicial hasta su aprobación en segundo debate. Access Now recientemente publicó una guía sobre cómo llevar adelante este tipo de procesos <https://www.accessnow.org/cms/assets/uploads/2018/04/manual-de-proteccion-de-datos.pdf>

También hay que considerar como una amenaza actual a la legislación antigua pero vigente que inhibe la divulgación de información confidencial incluso si este acto constituyera una denuncia legítima. Me voy a permitir citar partes del manuscrito del informe sobre libertad de la red para contestar esta pregunta:

El artículo 179 del código penal restringe las protecciones para denunciantes estableciendo una sentencia de prisión de seis meses a un año para cualquier persona «que, en virtud de su estado u oficio, empleo, profesión o arte, tiene conocimiento de un secreto cuya divulgación podría causar daño a otro y lo revela «. El artículo no hace excepción para revelar información en interés público.

El artículo 229 impone restricciones adicionales a la divulgación de información al prohibir la revelación de información registrada, bases de datos o archivos a través de sistemas electrónicos de una manera que viole la intimidad o privacidad de otra persona, sin excepciones para denunciantes o periodistas.

El artículo 307 establece una pena de cinco a siete años de prisión por crear pánico económico al «publicar, difundir o divulgar noticias falsas que causen daños a la economía nacional con el fin de alterar los precios de los bienes».

Finalmente, debemos estar con los ojos abiertos sobre las reformas propuestas a la Ley Orgánica de Comunicación y el efecto que estas pudieran tener en internet. El artículo 5, por poner un ejemplo.

¿Cuáles deberían ser los principios rectores en materia de gobernanza de internet y que rol deben asumir las instituciones públicas y privadas?

Indudablemente deben ser los Derechos Humanos; aquí creo que se debe hacer un mea culpa porque muchas organizaciones activistas nos hemos regido por otros principios en ciertos momentos; principios como la transparencia o la apertura. Sin embargo, la transparencia en valores absolutos puede ser peligrosa en manos de regímenes totalitarios, por ejemplo.

Evgeny Morozov abrió nuestros ojos sobre los verdaderos efectos de la primavera árabe. Mientras nosotros compartíamos entusiasmados las fotos de activistas protestando en las calles, el gobierno allá estaba identificando a los protestantes en esas mismas fotos y encarcelándolos.

A pesar de que la gobernanza de internet comprende demasiados campos, se han ensayado principios sobre sus procesos. NetMundial, por ejemplo, enumera los siguientes:

  1. De múltiples partes interesadas
  2. Gobernanza abierta, participativa y dirigida por consenso
  3. Transparente
  4. Con capacidad de respuesta
  5. Inclusiva y equitativa
  6. Distribuida
  7. Colaborativa
  8. Que permita una participación significativa de cualquier afectado
  9. Amplio acceso y barreras mínimas
  10. Agilidad

Jovan Kurbalija menciona otros principios que a menudo se toman en cuenta en el Foro de Gobiernanza de Internet, y aquí lo cito:

  • La preservación de la libertad de expresión, el acceso a la información, y la elección.
  • La garantía de una calidad mínima, y la seguridad y resiliencia de la red.
  • La preservación de los incentivos para las inversiones.
  • La estimulación de innovaciones [incluidas las oportunidades para nuevos modelos de negocio y empresas innovadoras, es decir, nuevos participantes].
  • La delimitación de los derechos, roles, y rendición de cuentas de todas las partes involucradas (proveedores, reguladores, usuarios), incluido el derecho de apelación y reparación.
  • La prevención de prácticas anticompetitivas.
  • La creación de un ambiente de mercado que permita a los usuarios elegir y cambiar fácilmente su operador de red.
  • La protección de los intereses de los menos privilegiados, como las personas con capacidades diferentes, y los usuarios y empresas en el mundo en vías de desarrollo.
  • El mantenimiento de la diversidad de contenidos y servicios.

Sin embargo, en cada campo existen también principios específicos. Algunos ejemplos de ello son los principios de manila sobre la responsabilidad de los proveedores de servicio <https://www.manilaprinciples.org/es> o los principios sobre necesidad y proporcionalidad a la vigilancia de las telecomunicaciones <https://necessaryandproportionate.org/es/necesarios-proporcionados>.

 


[1]              Esta es una generalización puesto que muchas computadoras de escritorio han implementado software propietario que impide el libre uso del procesador. Sin embargo, uso “computadoras” como ejemplo para facilitar la compresión de este concepto.

Ecuador se une a los países que legislan contra la obsolescencia programada

El año pasado la Asamblea Nacional de Ecuador aprobó el Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos, Creatividad e Innovación. Si bien la ley se enfoca principalmente en los sistemas de propiedad intelectual y educación superior, también ha dado cabida en su articulado a la obsolescencia programada.

La ley ha definido a la obsolescencia programada como

El conjunto de técnicas mediante las cuales un fabricante, importador o distribuidor de bienes reduce deliberada e injustificadamente su duración, en la creación o a través de la modificación del producto, con objeto de aumentar su tasa de reemplazo.

Y en su disposición general vigésima primera indica que

Las instituciones públicas deberán realizar un control aleatorio de sus bienes [posterior] a la adquisición, para verificar que estos no sufran de obsolescencia programada.

La revisión la realizará el Servicio Nacional de Contratación Pública en coordinación con el Servicio Ecuatoriano de Normalización (INEN). En caso de incumplirse la norma, se podrían aplicar multas e incluso pena de cárcel según la legislación vigente y además los proveedores no podrán volver a contratar con el Estado indefinidamente.

A pesar de que la normativa establece la pena para compras públicas. El último literal del artículo parece además hacerla aplicable a transacciones comerciales privadas en cuanto señala que se generarían sanciones administrativas y penales, «cuando se compruebe la obsolescencia programada en el comercio entre particulares, a través de los órganos correspondientes».

Pese a que ya existe legislación contra la obsolescencia programada, la aprobación de la ley constituye un precedente internacional pues es la primera vez que se pretende luchar contra ella en un sistema nacional de compras públicas. Pese a que esto podría representar un avance para aquellos que buscan productos con más durabilidad, queda por ver si la legislación vigente —que incluye a la Ley de Defensa del Consumidor, la Ley de Control del Poder del Mercado y el Código Orgánico Integral Penal— se adecua a la disposición y las medidas a implementarse por las instituciones a cargo de hacer cumplir esta normativa.

Imagen de portada: Overconsumption por Christopher Dombres (Dominio Público)

El ‘código ingenios’ no va a matar a nadie

Este artículo fue originalmente publicado en Gkilkcity.com

Apenas se publicó El Código Ingenios podría matar el emprendimiento tecnológico me sentí aludido: he defendido públicamente la obligatoriedad del Estado de comprar software libre, una de las posiciones atacadas en el artículo. La otra mitad del artículo, critica la disposición que obligaría a cualquier empresa tecnológica a pagar 10% de regalías a los programadores de software. Un derecho que sería irrenunciable y que, a decir del autor, generará más negocio para los países vecinos. Por eso, dice Matthew, la aprobación del Código Ingenios sería “desastrosa para la creación de industrias de conocimiento y el sueño de cambiar la matriz productiva”. Pero no es tan cierto: el Código Ingenios no es la amenaza que pinta Matt.

Empezaré haciéndole una concesión: la disposición que obliga a remunerar con 10% a los programadores de software es una preocupación legítima. De hecho, ha sido observada por personas que trabajan en empresas de software libre y propietario. Entonces, ¿por qué existe ese artículo? La razón es sencilla: el código fuente de un programa se protege dentro de la misma categoría que otros derechos de autor. Lo que estuvo pensado como un derecho irrenunciable para escritores y compositores, terminó siendo un “beneficio” indirecto para el programador. Como bien señala Matt, nadie en el sector tecnológico va a invertir en un producto que lleva consigo un impuesto de vida del 10%. Según Alejandra Villacís, Subsecretaria de Innovación y Transferencia de Tecnología de la SENESCYT, ya existen acercamientos entre la Asociación Ecuatoriana de Software (AESOFT) y la Secretaría, quienes tienen apertura a ceder en este punto. De concretarse, se eliminará la disposición del artículo 111 en lo que a software concierne. Esto deberá verse reflejado en el texto de ley presentado para segundo debate, sino queremos que arda Troya.

Con la obligatoriedad de usar software libre en el Estado, sin embargo, no existe tal acuerdo, pero antes de continuar con las respectivas argumentaciones, debo hacer un disclosure: partes de esa propuesta de ley fueron trabajadas por el equipo de la Secretaría Nacional de Educación Superior Ciencia y Tecnología (SENESCYT) del que formé parte. Desde sus inicios en enero de 2014 hasta julio de 2015, fui el administrador de contenidos de la wiki donde se recogían las observaciones hechas a la ley. Leía los comentarios del público y era el encargado de reportar a cada una de las direcciones de la Secretaría. Por eso vi cómo modificaban los artículos de ley cuando se consideraba pertinente. Gracias a eso, por ejemplo, se estableció el derecho a la sátira como un uso justo al derecho de autor. Otra de mis funciones era monitorear los comentarios hechos en páginas web, facebook, twitter y medios, e incluirlos como observaciones en la wiki, para que todas las otras personas puedan opinar. Incluso abrimos un par de secciones especiales, la primera para discutir el marco regulatorio para gobernanza de internet (tristemente muchas de estas propuestas de sociedad civil no se pudieron incluir en el texto final), y otra sobre la remuneración compensatoria por copia privada —un tema que, pese a ser complejo, generó una acalorada discusión. Fuera de línea, acompañé al personal de la institución a capacitaciones en institutos de investigación donde no sólo se enseñaba cómo usar la herramienta wiki, sino que se recogían comentarios con lápiz y papel. Muchos empresarios ecuatorianos que hacen parte de la Asociación Ecuatoriana de Software y de la Alianza para el Emprendimiento e Innovación también hicieron parte del proceso.

Volvamos al tema de la obligatoriedad de la compra pública de software libre. Matthew dice que el Estado —que representa una parte importante de la demanda en el mercado ecuatoriano— es indispensable para que algunos de los pequeños productores puedan crecer y escalar. En efecto, existen empresas que se han apalancado en el Estado para posicionarse en el mercado internacional, pero el Estado está migrando su demanda, no eliminándola. Las empresas están en capacidad de migrar su modelo de negocios, y esa es la tendencia mundial.

Además, trabajar con software libre presenta ventajas adicionales que ayudan a las empresas a expandirse a nivel internacional. Al no tener que pagar licencias a empresas extranjeras, el costo de producción disminuye y, a un costo menor, se incrementan los potenciales clientes. Esto es lo que ha permitido a Elastix, una empresa ecuatoriana de software libre, expandirse al mercado mundial, ser traducido a más de veintidós idiomas y contar con más de tres millones de descargas. Liberar el código fuente del programa fue una ventaja, no un impedimento. Las empresas y cooperativas de software libre en el País Vasco —una comunidad autónoma española con dos millones de habitantes— ha generado ya 77 millones de euros.

Los pequeños emprendedores, también pueden sentirse mucho más seguros si inician en este sector. Las empresas de software libre tienen una tasa de fracasos muy baja (menor al 4%), y sus empleados tienen mejores beneficios —79,7% de las ganancias por valor añadido van a los salarios de los desarrolladores. Adicionalmente, ahora los innovadores contarán con el apoyo financiero de capital semilla y con capacitaciones otorgadas en incubadoras y aceleradoras certificadas, algo que solo será posible institucionalizar si se aprueba el Código Ingenios.

Luego está el argumento de que las únicas empresas que hacen software libre son empresas multinacionales. Me pregunto entonces a qué se dedican Domo Soluciones Web & TI, Innovative Business Solutions Coral, Soporte Libre o PaloSanto Solutions. Todas son empresas ecuatorianas que obtienen la totalidad de sus ingresos comercializando exclusivamente software libre y —entre aquel tipo de empresas— el 80% desarrolla su propio código, innovan. De hecho, las contribuciones al software libre provienen, en un 61%, de la pequeña y mediana empresa. Es falso, por ende, que las grandes empresas internacionales sean las únicas que comercializan free software.

Finalmente, se habla de la dificultad y costos que implican la migración a software libre, pero ese no es un proceso nuevo. Todo lo contrario: los procesos de migración en el Estado iniciaron en el 2008, cuando el presidente Correa firmó el decreto 1014 comprometiéndose a la migración de la administración pública central. La Asamblea Nacional, por iniciativa propia, migró todos sus equipos de escritorio y no se generaron mayores inconvenientes. ¿Cuál será el costo de cambiar todos los sistemas operativos de todas las computadoras estatales de Microsoft a GNU/Linux? Probablemente sea bajo: mayor es el costo de capacitar a los usuarios sobre el uso de la herramienta. Aquí hay que traer a colación aquello que los economistas denominan costo de oportunidad, es decir ¿cuál es el costo de no migrar? En Europa, el ahorro por reuso de código y otras contribuciones del código abierto a la economía ascienden a 450 mil millones de euros al año: una cantidad suficiente para comprar, de una, todas las acciones de Microsoft.

Pese a las incomodidades que pueda generar en ciertos sectores, el Código Ingenios trae más beneficios que problemas: representa un avance importante en materia de derechos de autor, ampliando los usos justos que en el Ecuador tanta falta hacen —en el país hay 180 mil personas con discapacidad visual que actualmente no pueden acceder a libros en braille debido a derechos de propiedad intelectual. Un régimen de propiedad intelectual más flexible, no sólo permite que más personas accedan al conocimiento sino que favorece a las industrias creativas. Esta doctrina, conocida como fair use, genera ingresos enormes en otros países y, en 2007, representó el 16% del producto interno bruto de Estados Unidos —o lo que es lo mismo: dos mil estaciones espaciales internacionales. Así que no: El código ingenios no va a matar a nadie.

Secreto de Estado

Finalmente, el Secretario Nacional de Inteligencia, Rommy Vallejo, compareció ante la comisión de Soberanía, Integración, Relaciones Internacionales y Seguridad Integral de la Asamblea Nacional del Ecuador. Hace dos semanas, cuando el titular de la SENAIN se excusara «motivadamente» de hacerlo, todo el mundo seguía cabreado por el escándalo sobre Hacking Team. La agencia de seguridad local fue tendencia en twitter por varios días y hasta se tuvo que pronunciar el presidente para defender a la institución que nació bajo su mandato, en el 2009. Hoy, en cambio, todos los medios le tomaron su mejor foto a Rommy, sacaron el titular respectivo, pero poco o nada se habló en redes sociales sobre el tema —y pensar que sólo el día de ayer Ecuador Transparente denunció, documentos en mano, que «SENAIN llevó a cabo espionaje sistemático a políticos y activistas«.

Otro agravante a la apatía de la gente es el desdén a la transparencia y fiscalización que debe tener el Estado. Escudándose en la Ley de Seguridad, Vallejo llegó a la Comisión sin dar la cara a periodista alguno, les cerró la puerta e inició una comparecencia reservada. No importa cuántas preguntas le hagan, él puede decidir no responder y si lo hace, lo que ahí se diga no se puede difundir. ¿Qué garantías tenemos los ciudadano de que, incluso en esas condiciones, el comportamiento deshonesto de otras agencias de inteligencia frente a los cuestionamientos de la autoridad no se vuelve a repetir? La respuesta es simple: pocas o ninguna.

Asumamos por un momento que el material publicado por Ecuador Transparente es verdadero. En este caso, estaríamos haciendo frente a dos delitos. El primero, habría sido cometido por la SENAIN al espiar a ciudadanos con motivos puramente políticos. El segundo, es el delito de publicar información «de circulación restringida», que según el Código Penal se castiga con mínimo un año de cárcel —en Ecuador, también nos hace faltan medidas legales para la protección de denunciantes o, como se les dice en inglés, whistleblowers.

A las agencias de seguridad siempre se les va a filtrar información, y la razón es simple, la entropía les juega en contra. Su tarea consiste en construir un muro perfecto, impenetrable, perecedero y que esté al día para combatir los mejores ataques de donde quiera que vengan. Los hackers e informantes internos, en cambio, sólo deben encontrar un único fallo en el sistema a través del tiempo. Por eso, parece que en todo el mundo se siguiera una misma receta en lo que respecta al manejo de información clasificada como «reservada» o «secreta» por las agencias de inteligencia.

Si la SENAIN llegara a demandar a Ecuador Transparente o a Wikileaks por publicar información de carácter secreto, la ecuación es simple: la documentación es verdadera, ergo el espionaje fue cierto; es por esto que en otros países del primer mundo, donde la corrupción también avanza más rápido, se han inventado algo para perseguir denunciantes sin afrontar el costo legal o político de haber transgredido los derechos ciudadanos: cortes secretas.

En Estados Unidos, eran cortes secretas las que debían controlar las actividades de la Agencia Nacional de Seguridad, pero nunca lo hicieron —en 35 años sólo rechazaron 11 de las 34000 solicitudes de espionaje—. Fueron cortes secretas las que llamaban a las empresas de telecomunicaciones como Lavabit para solicitar sigilosamente las claves de sus clientes. En palabras de Edward Snowden: «son jueces secretos, en cortes secretas, haciendo interpretaciones secretas de la ley». La forma perfecta de enjuiciar a los denunciantes de algún secreto de Estado, sin revelar que se ha violado la ley, es esta.

No quiero ser agorero del desastre, pero el secretismo parece ser el juego al que nos quieren someter y si no se toman medidas adecuadas a tiempo, si no se separa a la justicia del otro poder, si no aseguramos mecanismos de transparencia adecuados y dejamos que los mecanismos de fiscalización se conviertan en el maquillaje de un sistema de inteligencia que no parece estar ceñido a la ley, seguramente pronto nos llamarán a una corte sin que podamos decirle a nadie y sin ley que nos pueda defender.

Representando a Creative Commons en la Asamblea Nacional

Les comparto la última publicación de Creative Commons Ecuador. No fue sino hasta minutos antes de empezar mi presentación que me doy cuenta que estaba hablando a nombres de esa organización internacional que he admirado desde hace tanto tiempo, para incidir en el futuro de cosas tan importantes como el acceso al conocimiento de un país. Estaba cansado y, producto de eso, un poco molesto, pero creo que perdí perspectiva de que cada pequeño paso dado me llevó a ese momento. Esa hubiera sido mi meta dos años atrás, fue una bonita experiencia darse cuenta. Sapiens sapiens. Les dejo el texto del artículo sin mayor preámbulo pero les pido que revisen el PDF que preparamos para la presentación, son apenas 7 páginas de letra muy gorda:

Dentro del debate del Proyecto de Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos, Creatividad e Innovación (Código INGENIOS), hoy recibimos invitación de la Asamblea General para ser recibidos en Comisión General donde se recogieron dos preocupaciones que Creative Commons Ecuador elaboró y argumentó:

  • Incluir expresamente un artículo que garantice el acceso abierto a publicaciones financiadas con fondos públicos, y
  • La revisión de los artículos 121 al 124, los cuales prohíben “eludir las medidas tecnológicas efectivas, como sistemas de cifrado u otros, que sean utilizadas por los titulares de derechos de autor o derechos conexos”.

Andrés Delgado hizo uso de los 10 minutos asignados para desarrollar estos dos aportes. El documento completo lo pueden revisar en este enlace.

Andrés Delgado de CC Ecuador interviene en la Comisión General
Andrés Delgado de CC Ecuador interviene en la Comisión General. Foto cortesía de @claryrobayo

Junto a otros actores de la sociedad, el encargado de la relatoría recogió los aportes que permitirán iniciar el primer debate dentro de aproximadamente un mes.

Fuente: Creative Commons Ecuador